domingo, 29 de junio de 2014

Compartiendo Críticas: El secreto de Lucía sigue expandiendose



La obra de Becky Garello sigue expandiéndose por todo el país y pronto, recorrerá el exterior, proyectandose en el Festival de cine del Mercosur en Uruguay, Punta del Este, en la semana del 9 -13 de julio.
En este contexto, seguimos compartiendo críticas hacia la película, que poco a poco, va siendo más tema de habla entre los mediáticos.
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Por ZONA DE OBRAS
Ambientada en los años 60 y amplificando como pocas veces el ritmo tenso y silencioso de las ciudades y los pueblos de la Provincia de Buenos Aires, la película del realizador argentino relata la historia de una chica a la que el flamenco le salva la vida.
Qué: Película (estreno en Argentina) Chacabuco es un ciudad perdida en la inmensidad de la Provincia de Buenos Aires. Una de esas localidades en las que todos se conocen con todos, y en las que los secretos son el murmullo sordo que alimentan la vida cotidiana de sus habitantes. Becky Garello, director de El secreto de Lucía, lo sabe bien: nació en Chacabuco, y resolvió construir la trama de su película en la ciudad, para contar una historia de mentiras, venganzas y traiciones. A los catorce años, Lucía, que no conoce a su padre, pierde a su madre. Por razones que al principio no conocemos del todo, se ve obligada a abandonar la ciudad para instalarse en un pueblo cercano y allí dedicarse a bailar flamenco en un bar, donde se gana la vida, y donde también conoce a Juan, el hombre que le cambiará la vida. Ambientado en los años 60 y con actuaciones estelares –Carlos Belloso, Emilia Attias, Tomás Pozzi–, el filme es un viaje en el tiempo, cuya trama es tan atrapante como su fotografía: una combinación que no siempre es tan equilibrada y que conviene no dejar pasar.

Por José Luis Toro para CINEFIS ARGENTINA
Si hay algo de lo que el cine argentino debe jactarse, es el hecho de haber alcanzado un estadio en calidad a través de los años. Esto se expresa en que cada vez que hay un estreno se espera y se le exige mucho más. Así las cosas el film que nos acerca el director Becky Garello cumple y no cumple con estas preceptos. Después de tres años de haberse terminado de rodar, recién llega al estreno en las salas del país. El elenco es de una calidad destacada, Carlos Belloso (siempre es una garantía), Tomas Pozzi y Emilia Attias. Vamos a la historia. Juan (Belloso) es un porteño que sueña con ser famoso, para ello va a poner en marcha una estratagema bastante inusual. Junto a Mario (Pozzi), que tiene baja estatura, y que se hace pasar por un muñeco, viajaran por interior de Buenos Aires en un colectivo que funciona como teatro ambulante. Así las cosas, conocerán a Lucia (Attias), que es una bailarina y cantante de Flamenco. Lucia no solo esta sola en la vida (su madre murió y su padre la abandono) sino que viene escapando desde Chacabuco por problemas de amores. A partir de acá se va generar un triángulo amoroso, que irán en ascenso hasta que regresan a Chacabuco. Allí Lucia se reencuentra con su ex novio, con lo cual empezaran los problemas que tendrán un final bastante inesperado, que básicamente esta en el titulo de la película. Aunque no estén logrados los trazos mas finos de la trama y es un poco brusco e inexplicable el pasaje al policial pasional de la historia, hay que reconocer que la historia tiene audacia. Va a al fondo con el drama, la sorpresa y desmenuza micro historias dentro la mas general, incluso hay momentos de comedia. Hay una buena ambientación y el protagonismo de los principales personajes esta balanceado. Es imposible no tener el cuenta que es el primer film del director, por ello quizás, todavía no esta contaminado con la idea de las grandes productoras (vender, vender y vender) y seguramente las licencias que se dio (en la que también participo en el guión) tuvieron este origen. No es la mejor película de la historia del cine argentino. Si, una fuera de serie por la audacia. Esperemos que Becky Garello siga por la misma senda.
Calificación: Muy buena.

Por Alan Prince para CINEFREAKS
Con su debut como director, Becky Garello nos brindó un gran film retro, que tardó siete años en realizarse entre idas y vueltas de ideas. La labor del director no se limitó a la dirección, sino que también se involucró en el guión. Lo bueno de esta película, El secreto de Lucía, es que al ser de un director nuevo, éste tuvo más libertades de hacer la película que quiso y eso se refleja en el film. Además de contar con un trabajo sincero donde parece que nadie pensó en aquello que pudiera generar más o menos marketing para así conseguir un producto honesto.
El trabajo de realización me pareció impecable, de principio a fin y fue una buena elección haber escogido a Chacabuco como locación para recrear la década de los 60, donde todo era prácticamente campo y apenas se podían ver las típicas casas antiguas que caracterizan a pueblos como este.
En cuanto al casting, hay que destacar a Tomás Pozzi, quien interpreta al enano, un actor argentino casi desconocido, que vivió gran parte de su vida en España, tuvo su lucimiento, acompañado por el experimentado Carlos Belloso, quien combinó la bondad extrema de sus personajes previos, así como la maldad de ellos. El resultado es a simple vista espectacular, siendo el personaje más interesante del film, con lo que el espectador verá tanto su ascenso como caída. Claro que también en su debut cinematográfico lo acompañó Emilia Attias, quien con su belleza brindó una actuación decente que enamoraría a cualquier espectador y además las mejores escenas fueron las que compartió con Pozzi, las cuales le dan romanticismo y toques de comedia de a ratos.
Lo bueno de esta película es que todos los personajes pudieron lucirse por igual ya que parecía que el protagónico era una antorcha en una carrera de postas, pues en 94 minutos se iban alternando entre Belloso, Attias y Tozzi. El resto de los personajes sumó mucho, como la participación de Roberto Carnaghi, Adrian Navarro como narrador y parte de la historia, quien tuvo más relevancia en su rol como narrador que como actor ya que el personaje era el típico ex novio que quería recuperar a su amada haciéndose el buenito. Por otro lado, lo del Turco Nahim fue discreto, salvo por un detalle.
El encuentro de Nahim y Attias es el único cabo suelto que queda en la película, cuando la vean y observen el diálogo sabrán a lo que me refiero. Sin embargo, como anteriormente cité, este film refleja el compromiso, la buena onda y entretenimiento desinteresado que nos brindaron.
Sin dudas, una película recomendable. Gracias Becky por esta joyita que nos ofreciste.
Calificación: 8

Por Paraná Sendrós para ÁMBITO FINANCIERO
Un buen cuento debe tener un comienzo atractivo, causar intriga, envolver a quien lo sigue, llevarlo a aceptar por unos momentos la lógica de su mundo, y rematar todo con una sola frase, una sorpresa, bien contundente. Y que además, si es posible, produzca regocijo y satisfacción. "El secreto de Lucía" cumple con esas pautas, y con varias otras.
Buenos Aires, capital y provincia, y ciudad de Chacabuco, hace menos de medio siglo. Ya alguien nos introducirá en el asunto. Digamos que, básicamente, intervienen un falso ventrílocuo, su falso muñeco, y una mujercita, cantante de cierto mérito, que no será falsa pero algo esconde. Participan también algunos dueños de salas, un antiguo enamorado (buen partido) con su empleado cómplice, un padre vigilante, público de diversos niveles. A partir de toda esta gente, la cosa se va complicando y tensando. Hasta que al final, en apenas cuatro palabras y una linda escena, se nos revele lo que más queremos saber, precisamente para nuestro regocijo, aunque quizás algunos personajes no compartan igual sentimiento.
No corresponde contar más. Becky Garello, experto en servicio de cámaras y trabajos en alta definición con años de experiencia, para probarse como director decidió tener buenos respaldos. Primero y principal, una buena historia y un libreto sin fisuras. Pocas personas más indicadas para eso que Graciela Maglie, que fue coguionista de "Nueve lunas", "El viento", y varias otras piezas de Mignogna, Jusid, Bauer, el sello Aries. Y así cada rubro, con Ivan Wyszogrod en la música, Eugenia Levin como directora de casting, etcétera. Del buen ojo de esta última salió la fórmula del elenco, donde destacan, por justas razones, Emilia Attias y un muchacho que trabaja mayormente en España y, de seguir así, va para Actor con mayúsculas: Tomás Pozzi.
Podría objetarse, seguramente, la altura del muñeco, la contradicción entre el flojo repertorio del ventrílocuo y su inesperado éxito, y alguna otra cosita, pero cabe recordar que estamos frente a un cuento que tiene su propia lógica, nos intriga, nos envuelve, y termina como debe. Vale la pena.
Calificación: 8

Por Laura Ávila para PLANEANDO BUE
Década del sesenta. Juan, un timador profesional (Carlos Belloso) acondiciona un colectivo como teatro ambulante y convence a Mario, un joven de corta estatura (Tomás Pozzi), para montar un número fraudulento de ventrílocua. Los dos salen a la aventura por los pueblos del interior. En un bar de mala muerte conocen a Lucía (Emilia Attias),una cantaora muy especial. Así comienza El secreto de Lucía, el primer largometraje de Becky Garello, productor de vasta experiencia, rodado casi en su totalidad en la ciudad de Chacabuco. Podría tratarse de una película como muchas, pero la magia especial que tiene consiste en la pericia que tuvo Garello para dejar salir su mundo interior. El realizador se permitió mostrar lo que tenía en la cabeza, un universo con leyes propias, personajes entrañables y vía libre para la ternura. Por eso la experiencia de verla se acerca a la poesía, al buen viaje, a las fábulas de Leonardo Favio y Zuhair Jury y también a los musicales televisivos que reconfortaron nuestra niñez. Además, existe una clara vocación por contar una buena historia. La exposición del guión, que crece, gira y cambia de perspectiva todo el tiempo, fue un cuidado trabajo de Graciela Maglie junto al realizador. Hay una mano experta en la escritura y eso se nota. Lucía siempre tiene un secreto, que va cambiando a medida que el metraje corre pero que se mantiene pleno de interés. Otro punto a favor es el delicado clima, a veces hasta onírico, con el que están encaradas las escenas. Realmente sorprende tanto amor por la imagen. La fotografía es cálida, intimista, y acompaña bien esa travesía por un pasado casi de cuento. Y en el rubro actoral, hay un excelente plantel de protagonistas. ¿Cómo no empezar destacando a Carlos Belloso? Su Juan, canalla y tierno, violento y redentor, encontró en su cara y su actuación un modo de existir. Así de simple. Su personaje vive; Belloso le dio la vida con su talento. Tomás Pozzi es toda una revelación en el país, a pesar de que lleva una extensa carrera en España. Su Mario es conmovedor, visceral y profundamente divertido. Emilia Attias, como la misteriosa Lucía, atrapa con su ternura y su voz. El elenco se completa con una versátil Lucila Gandolfo (que compone muy bien a la madre de Mario), Roberto Carnaghi, Turco Naím, Manuel Vicente y Arturo Bonín en el rol del dueño del teatro. Adrián Navarro se luce en su composición de Pedro y es el que narra la historia y desata la cinta de uno de los secretos del film. Cálida, verdadera, el director fue a buscar esta historia en el pueblo de su infancia. Ese espíritu lúdico de la niñez, hilado con una forma de contar el arte y el amor, son los mayores atractivos de su opera prima.

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